Morir, eso no es nada.-25/10/2005.
Théâtre Municipal.- Auch.- France.
Emilie Mugabo, Sud Ouest
En el festival, aún tratándose del estreno, la obra salió a pedir de boca: exquisita e ingeniosa.
Desde el primer momento, los tres clowns de la compañía «Los Excéntricos» se metieron al público del teatro de Auch en el bolsillo. MORIR, ESO NO ES NADA... Mademoiselle Marceline, Signor Sylvestre y Monsieur Zaza ya podrían haber venido en una bicicleta de motor con carretilla, que eso no hubiera desconcertado al público de Circa más de lo que ya lo estaba ayer por la tarde. Los tres clowns de la compañía «Los Excéntricos» lograron que saltaran chispas en el teatro de Auch, que estaba a reventar: chispas que uno sería incapaz de apagar con hielo seco. A aquellos a los que se les pongan las mejillas al rojo vivo y se tronchen de risa con facilidad, el aura de seriedad que desprenden los bomberos todos uniformados les va a dejar gratamente sin palabras. Nadie pudo resistirse a los calcetines ejerciendo la función de manga de riego, al concierto a tres patas y a otras gracias de los tres artistas barceloneses. «Es mejor llorar de alegría que morirse de risa» solía decir en sus comienzos Marceline, mientras que ahora la gran concurrencia de público le hace dudar bastante respecto a cuál de estas dos opciones es mejor. ¿Llorar por el trágico final de esa desastrosa artista reducida por sus iguales a golpes de bayeta, sartén y collejas? ¿Morir por no haber podido dominar el aspirador para liberar a la bella dama y, sobre todo, conseguir que el público se mee de risa? Con la forma de comportarse, las expresiones faciales y los accesorios elegidos, con todo ello se busca el delirio, incluso la muerte de la dama. Estos clowns musicales y funambulistas combinaron durante más de una hora y cuarto pequeñas piezas teatrales y serenatas sin que nadie se extrañara realmente de encontrar una obra de tal duración que contuviera tanta riqueza de principio a fin. Un conjunto formado por sus arreglos musicales en directo, con la mini-guitarra o el bandoneón, así como otros instrumentos y efectos de sonido ingeniosos contra los que uno impondría silencio. Además, a partir de hoy y mañana a las 3, volverán con «Música Maestro», el nombre que recibe el excéntrico espectáculo. Los barceloneses Marceline, Sylvestre y Zaza consiguieron un torrente de aplausos ayer por la tarde con motivo del estreno de su obra en CIRCA. «HACER MUY BIEN LO QUE EL CLOWN HACE MUY MAL» Hace tres años que se creó el espectáculo «Música Maestro» y ya se ha presentado en numerosos países, como Polonia, Brasil o Canadá. Dicho espectáculo está amenizado con múltiples muestras de ingenio. El público descubre, entre otras cosas, un violín-trompeta rumano y una cabeza de robot construida por Silvestre. «Ese es el trabajo de un clown, hay que saber hacer muchas cosas y chapurrear todos los idiomas. De hecho, el arte del clown consiste en hacerlo todo muy bien pero como si estuviera muy mal», nos confiesan ellos. Cuando se les pregunta cómo es el público de Auch, nos responden con una única palabra: «Perfecto» y añaden «Para los clowns de siempre es un auténtico placer actuar aquí». «Ha habido una verdadera sensación de interacción con este magnífico público, un verdadero aluvión de emociones que realmente no nos esperábamos. Y que esto suceda en un pequeño teatro tan acogedor resulta aún más increíble». En cualquier caso, el público ha entendido a través de la complicidad de los artistas que lo más importante para ellos es divertir. Así que, si lo visteis ayer, no dudéis en volver a verlo hoy, pues, según nos dicen los tres artistas: «es el mismo espectáculo pero no será igual».
Emilie Mugabo, Sud Ouest
